miércoles, 20 de agosto de 2008

Torres de Neptuno



Ríos aéreos de fuego
guiados por la convulsión de tridentes,
agitan el humo y la lluvia de sangre
sobre este torrente de huesos.

Imágenes de una genocidal naturaleza
aparecen desasosegando el agua turbia,
estancada en una fortaleza transparente
cuyo imperio domina este abismo.

En la sabiduría se forja la cultura de la muerte,
un nuevo reino fantasma se levantará.
El comienzo de las eras nosotros dominamos
el fin nosotros decidimos.

Por la memoria del conocimiento
y la destrucción de la antigua creación,
espada de 4 caras con ojos fundidos
el niño de la oscuridad a su voluntad
propio hace al destino, viendo entre la fuente.

Ahora el eclipse muestra
tras las colinas a las hordas avanzar,
sembrando a su paso la tierra de cadáveres,
legiones convertidas en cenizas
girando las tintineantes caras de las ruinas
suplicando hacia al cielo.

El sonido de la tierra despierta a los seres
de las cavernas, oh, ángel de las minas
cubre con su manto tóxico la atmósfera,
y sepulta la bastedad de la tierra.

El magnetismo de la vida y la muerte
se centran en los polos imperfectos
escuchando la alineación de las torres
pilar a pilar inundándose.
La siniestra marcha avanza
al nacimiento del exterminio.

Sostén los ojos de tu padre celestial
con el aliento de desvanecientes plegarias,
el hijo es perseguido por el espíritu
de sus hermanos silenciados.

El trono es del niño
abrazando el caos.
El ve sumergirse la ignorancia
y la civilización,
al paso de la profecía.

Con la luz se abre el silencio,
y el inicio se conoce.
sostengo la espada y los ojos concebidos,
él guiara su propio camino, ahora es mío
el niño en mis brazos, para que todos puedan ver.

Abriéndose una catedral sobre el mar…
la oscuridad emergió majestuosamente
la doctrina de una nueva era
en las puertas abiertas de un paraíso infernal,
los mundos revelados, para que todos puedan ver.